20 de mayo de 2024
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FIN DE SEMANA

La matriarca del clan acudió a la boda de la hija de Begoña Ruiz-Mateos con su exmarido Carlos Perreau y según su familia “está estupenda con 89 años"

Teresa Rivero regresa a escena cuando se cumplen 41 años de la expropiación de Rumasa

El Cierre Digital en Teresa Rivero.
Teresa Rivero.
Teresa Rivero, la matriarca del clan Ruiz-Mateos, ha vuelto a la actualidad. Según ha podido conocer elcierredigital.com, acudió a la boda de una de sus nietas, la hija de Begoña Ruiz-Mateos con su exmarido Carlos Perreau. Fuentes familiares dicen que “está estupenda, a pesar de todos los disgustos que le tocó pasar y sigue pasando”. Hoy sus hijos varones están envueltos en el proceso judicial por los pagarés emitidos por Nueva Rumasa justo cuando se cumplen 41 años de la expropiación de Rumasa.

La viuda del empresario dueño de Rumasa, José María Ruiz-Mateos, Teresa Rivero (89 años), vuelve a la actualidad. Hace escasos días se celebró la boda de una de sus nietas: Paloma, una de las integrantes de los cuatro descendientes que Begoña Ruiz-Mateos tuvo con su exmarido Carlos Perreau (dos niñas y dos varones).

Una boda a la que, según ha podido saber elcierredigital.com de fuentes familiares que asistieron al evento, acudió la matriarca del clan Ruiz-Mateos. Volvía así a la escena pública. “Teresa se encuentra estupenda, una maravilla a pesar de todos los disgustos y sufrimientos que le tocó pasar y que sigue pasando por culpa de sus hijos varones... está muy bien a sus 89 años”, explican las citadas fuentes. 

Además, Teresa Rivero ya se encuentra preparada de cara a la próxima boda que celebrará el clan, que será el fin de semana del 26 al 28 de abril. La saga Ruiz-Mateos está citada en el municipio extremeño de Plasencia para asistir a la boda de Joaquín Bohórquez Ruiz-Mateos, hijo de Patricia Ruiz-Mateos Rivero  y de Joaquín Bohórquez y Crespí de Valldaura. El nieto de Teresa Rivera se casa con Isabel García-Morales Merino.

Pese a que otros miembros de la saga han escogido otros municipios como Jerez de la Frontera o Sotogrande, en esta ocasión, los novios han escogido la localidad extremeña por ser la tierra natal de la novia y pasaran por la vicaria en la catedral de la ciudad. 

No obstante, la saga Ruiz-Mateos también están de actualidad por los diversos problemas con la justicia que mantienen hijos varones del empresario jerezano  justo cuando se cumplen 41 años de la aprobación en el Congreso del Real Decreto Ley que permitía la expropiación de Rumasa, y a pesar de ello, siguen acudiendo a otras de las mediáticas bodas de la familia. Incluso aunque se encuentren inmersos en un juicio por la presunta estafa de los pagarés emitidos por Nueva Rumasa —la empresa que la familia constituyó tras la expropiación de Rumasa— entre 2009 y 2011. Juicio que comenzó en enero y que se extenderá hasta el mes de abril, cuando se prevé que declaren Álvaro, Zoilo, José María, Pablo, Francisco Javier y Alfonso Ruiz-Mateos.

 El empresario fallecido José María Ruiz Mateos y sus seis hijos.

A pesar de los problemas judiciales, la familia Ruiz-Mateos sigue con sus grandes celebraciones. En los últimos tres años se han celebrado dos bodas de los nietos de José María Ruiz-Mateos (Rocío Ojeda, hija de Rocío, y Carlota García-Jarana, hija de Paloma Ruiz-Mateos). El fin de semana del 26 al 28 de abril, además, el clan acudirá a la boda de Joaquín Bohórquez Ruiz-Mateos, hijo de Patricia Ruiz-Mateos, e Isabel García-Morales Merino en Plasencia.

Además de seguir siendo una familia mediática por las bodas de los nietos del patriarca, los Ruiz-Mateos y sus empresas (Rumasa y Nueva Rumasa) siguen teniendo relevancia por las causas judiciales en las que están envueltos. A la ya citada de los pagarés de Nueva Rumasa, se añade que en julio de 2023, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) dictó una sentencia en la que ordenaba calcular de nuevo el valor del holding de la abeja.

El fallo judicial recordaba que la familia Ruiz-Mateos cuantifica el valor de la Rumasa expropiada por el PSOE en unos 14.000 millones de euros y que debía "ponerse en marcha un procedimiento administrativo para calcularlo de nuevo". Abogacía del Estado, por su parte, mantiene que la valoración del grupo en el momento de la expropiación presentaba un agujero de más de 260.000 millones de pesetas y que, por lo tanto, el justiprecio debía ser el de cero pesetas por acción.

Pero antes de todos estos problemas judiciales, expropiaciones y cálculos que se extienden hasta nuestros días, José María Ruiz-Mateos consiguió levantar un imperio no una, sino dos veces. En elcierredigital.com repasamos cómo fue el final de las dos empresas de la familia.

El 23 de febrero, la fecha que lo cambió todo en Rumasa

Todo el mundo preveía que la noche del 23 de febrero de 1983 iba a ocurrir algo de suma trascendencia política y empresarial. El entonces ministro de Trabajo y Seguridad Social, que luego fuera vicepresidente de la Comisión Europea, Joaquín Almunia Amann, ya se había encargado de anunciarlo: “Esta noche va a ocurrir algo importante”, creando desde horas antes una gran expectación mediática. Todo estaba preparado. Miguel Boyer y sus hombres lo tenían todo atado desde hacía días. Habían bautizado la operación, junto a los servicios secretos, con el nombre en clave de “La Red” que definía el cerco gubernamental que se iba cerrando en torno a Rumasa.

Lo primero que hicieron fue centralizar, junto al Banco de España y los servicios de inspección de Hacienda, toda la información referida al holding de la abeja. Gracias a ello se fue conociendo la verdadera situación de la entidad empresarial: con grandes deudas y sometida a una profunda auditoría por parte de la firma Arthur Andersen. Paralelamente los medios de comunicación ya alertaban sobre la mala situación de los bancos de Rumasa.

Fue el 18 de febrero de 1983 cuando saltó por primera vez la alarma. El propio ministro de Economía, en una reunión con los periodistas, indicaba la posible negativa de Ruiz Mateos a autorizar a los auditores de Arthur Andersen una amplia investigación sobre Rumasa que conllevaría la entrada en acción de los inspectores del Banco de España. Todos los periódicos se hicieron eco por entonces de las palabras de Boyer.

Aquello fue como la campana de meta dando la señal de salida. Uno de ellos, Diario 16, por entonces dirigido por Pedro J. Ramírez, al día siguiente tituló a grandes caracteres su portada con una frase manifiesta y premonitoria: “Boyer amenaza a Rumasa”, y con un antetítulo que decía: “Si no permite que continúe la auditoría de Arthur Andersen”. Ese mismo día, en un largo comunicado escrito, habitual en el proceder de Ruiz-Mateos, el empresario aseguraba que la situación de su holding era de total solvencia y liquidez y responsabilizaba a Miguel Boyer de las consecuencias que podrían derivarse de sus palabras. Desde entonces, y con este ambiente tan caldeado, los acontecimientos se precipitaron.

La entrevista de Boyer y Ruiz-Mateos

Según contó el empresario gaditano al director de elcierredigital.com, “Boyer sólo se entrevistó en una única ocasión con Ruiz Mateos para tratar el tema personalmente". Y que ésta fue dos días antes de producirse la expropiación. Fue entonces cuando el ministro de Economía propuso al propietario del holding de la abeja llegar a un acuerdo pactado. Su natural ira, la célebre “soberbia satánica” de Boyer, fue sustituida por una postura de acercamiento que les condujera a cerrar un acuerdo.

Felipe González y Miguel Boyer.

Boyer le propuso firmar una carta en la que se comprometía a “aminorar su política expansiva y, en cambio”, acelerase “la auditoría que la firma Arthur Andersen intentaba llevar a efecto sobre los bancos y empresas de Rumasa. Y que cuando estén terminadas serán entregadas por éstos directamente al Banco de España en lugar de que las reciba primero Rumasa”.

Ruiz-Mateos se negó, Boyer insistió y aunque Ruiz-Mateos le ofreció darle una respuesta en 24 horas, Boyer la quería en ese mismo momento. Finalmente, Ruiz-Mateos se negó en rotundo a aceptar el acuerdo que le había servido en bandeja Boyer. La decisión fue adoptada tras recibir el consejo inflexible de sus asesores personales, entre ellos, el del letrado Alejandro Rebollo Álvarez-Amandi, un hombre que después se convertiría en persona de máxima confianza de Adolfo Suárez en el partido Centro Democrático Social (CDS).

Salvar al Banco Popular, ligado al Opus Dei

Ruiz-Mateos acusaría posteriormente a Alejandro Rebollo, Fernando Castedo —otro hombre próximo a Adolfo Suárez— y, principalmente, a Matías Cortés, de ser parte integrante de la conspiración tramada contra su persona y contra su imperio por el copresidente del Banco Popular, Luis Valls Taberner, y el presidente de la patronal bancaria AEB, el catalán Rafael Termes Carreró, ambos numerarios del Opus Dei. Según contaba Ruiz-Mateos, se trataba de una orden emanada directamente por el Opus Dei, que por entonces contaba con infiltrados en las cúpulas del poder monetario y gubernamental.

El acuerdo era entregar Rumasa, entonces un gran grupo bancario-empresarial con claras deficiencias y trampas pero no muchas más que otras poderosas entidades de la época, a cambio de no nacionalizar el sector de los seguros ni de la Banca por parte del PSOE. En concreto, con esta medida se salvaba de la quema al Banco Popular, ligado al Opus Dei, que atravesaba una penosa situación financiera en el inicio de lo que fue la grave crisis bancaria de los ochenta. Con esta medida se calmaba a la opinión pública deseosa de cadáveres tras el reciente aterrizaje socialista en La Moncloa y, además, servía para dar ejemplo de la nueva conducta socialista en el poder.

En plena crisis, el 22 de febrero, Ruiz-Mateos comparecía ante los medios de comunicación, aconsejado por los banqueros del Opus Dei, quienes le habían metido en la encerrona. Era la primera rueda de prensa que ofrecía el empresario gaditano a lo largo de su existencia. Se trataba de un desafío sin precedentes al Gobierno socialista, lo que precipitaría la decisión expropiatoria. El dueño de Rumasa, acompañado de sus abogados, se limitó a leer un comunicado que, según sus propias palabras, estaba escrito íntegramente por el copresidente del popular Luis Valls. En él hacía ver a la opinión pública la gran agresión sin precedentes que estaba sufriendo su holding y su persona por parte del gobierno socialista en una campaña premeditada y dirigida por Miguel Boyer, un personaje al que apenas conocía pese a los bulos que circulaban por Madrid de que había trabajado a sus órdenes en Rumasa.

Luis Valls Taberner, padre.

Pero Boyer cogió las palabras de Ruiz-Mateos para difundir entre sus compañeros de partido la sensación de provocación, reto y desafío por parte del propietario del holding de la abeja. La expropiación era ya la única salida que tenía Felipe González, que se jugaba su autoridad si cedía ante Ruiz-Mateos.

En este ambiente de crispación plena entre Miguel Boyer y el empresario gaditano, pocos minutos antes de la medianoche del 23 de febrero de 1983, el entonces portavoz del gobierno de Felipe González, Eduardo Sotillos Polet, apareció en el Telediario nocturno de la primera cadena de TVE, interrumpiendo el normal desarrollo de la programación, para leer un comunicado oficial del Gobierno socialista informando al pueblo español de la decisión de expropiar Rumasa, el primer holding privado de España cuyo volumen de negocio equivalía al 1,8 por ciento del PIB nacional.

Tras la expropiación, José María Ruiz-Mateos, siguiendo los consejos, una vez más, de Luis Valls Taberner, huyó a Londres el 4 de marzo de 1983. El 25 de abril de 1985 Ruiz-Mateos fue detenido en el aeropuerto de Frankfurt, y el 1 de diciembre fue extraditado a España desde Alemania.

El origen y el fin de Nueva Rumasa

Mientras José María Ruiz-Mateos estaba en la prisión alemana de Frankfurt en el año 1984, tuvo una idea: crear un nuevo 'holding', Nueva Rumasa. Así se lo hizo a conocer a sus hijos a través de una carta que escribió desde la prisión alemana.

Y comenzaron y lo hicieron a partir del negocio del vino, como había hecho en su día el abuelo, don Zoilo, que llegó a ser alcalde de Rota (Cádiz), y en cuyo honor Ruiz-Mateos abrió en febrero de 2005 un Museo Histórico en esta localidad y a quien quería beatificar al coste que fuera. Para ello, inició los trámites necesarios aportando al obispo de Jerez, monseñor Juan del Rio, testimonios de su caridad y “milagros”, como también lo hizo con el arzobispo de Madrid, el cardenal Antonio María Rouco Varela.

Los Ruiz-Mateos mantuvieron el anagrama de la abeja, que presidía las fachadas del más del centenar de empresas entre gestionadas y adquiridas. Lo principal de la familia era comprar. Se convirtieron en especialistas en el reflote de empresas en apuros. La Nueva Rumasa parecía tener vocación negociante de séptimo de caballería. Cada ejercicio cerraba con una media de más de 10 incorporaciones al nuevo grupo.

Pero para constituir la Nueva Rumasa e introducirse en todos estos negocios, Zoilo y sus hermanos, que como buenos economistas y consultores manejaban muy bien la llamada ingeniería financiera, crearon una multitud de empresas instrumentales, muchas de ella fuera del alcance de la legalidad, donde figuraban presuntos intermediarios o empresas ad hoc, como Ardevins, Inversiones Ruiz- Mateos, Berlax, Ferre, etc.., así hasta un sinfín de pequeñas empresas que aparecían como fantasmas en el entramado montado.

Logo Nueva Rumasa.

Pero no todo el monte fue oro y los hijos de Ruiz Mateos mantenían un importante lastre empresarial, debido, entre otras cosas, al no saneamiento de las empresas de la Fundación General Mediterránea, un grupo de cien empresas ligadas a la obra del Opus Dei que, en teoría, José María Ruiz-Mateos debería haber "saneado o liquidado ordenadamente" en su día por orden directa de la Obra, fundada por el santo José María Escrivá de Balaguer.

Los miles de personas que en su día confiaron en los Ruiz-Mateos sus ahorros, luego les denunciaron ante los Tribunales de Justicia por apropiación indebida y constituyeron la “Asociación de Damnificados de Ruiz-Mateos”.

Estos avatares judiciales y extraempresariales hicieron que la familia jerezana se dividiera. Esa unión familiar, de clan, de la que siempre hablaban y hablaban, la trasladaran a sus negocios se rompió por completo.

A día de hoy, las polémicas de Rumasa y de Nueva Rumasa siguen dando de qué hablar y teniendo su presencia en los tribunales. Dos imperios fundados por la familia Ruiz-Mateos que han pasado a la historia de España.

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